31 de octubre de 2011

No es un hecho, es la realidad...

Sí, quizá soy yo la culpable de que hayamos llegado a tal extremo. Tuve yo la culpa de quererte, de elegir quererte a pesar de todo y aún hoy, seguir amándote...

Fui yo la responsable de que te cansaras de mis llamadas, de mis mensajes... Sólo yo fui la culpable de todo. Si no hubiera estado cuando tú me lo pedías, si hubiera hecho lo mismo que tú, si me hubiera mantenido al margen de todas tus palabras cuando me hablabas y me mirabas como sólo tú sabes hacerlo, si no hubiera sido tan sensible al roce de tu piel ahora mismo te habría olvidado y no estaría echándote de menos a cada segundo. Si hubiera sabido desde un principio que lo nuestro no duraría, si hubiera abierto los ojos cuando me decían que no me hacías bien... Si hubiera tenido el mínimo valor de alejarme, de olvidarte en el momento me habría ahorrado tantas lágrimas, tantos conflictos con las personas que mas quería.

Aprendí que ser cobarde no es un defecto, es tener el coraje de suficiente para amar contra viento y marea, para seguir luchando por lo que de verdad quieres... Y si fui cobarde de no haberme detenido a tiempo será porque imaginaba un futuro mejor, unos días menos malos a tu lado y al final lo que conseguí fue ver la vida como un reto, el reto de que asumas que como yo no te va a querer nadie.

No es un hecho, es la realidad. Que te quiero.

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