22 de octubre de 2011
Nada que decir, nada que explicar.
La verdad, no sé que más decir, ya lo he dicho todo, y tantas veces que he perdido la cuenta. Digo que de un día para otro has vuelto a abrir un hueco en este músculo llamado corazón. Que he vuelto a recordar tu risa y sonreír como una imbécil. Que todavía no he olvidado tu imagen desde la ultima vez que te ví. Estabas tan guapo, y solo tuve el valor de mirarte de reojo. Aunque, te aseguro, que podría estar horas comtemplandote, y aun así, seguiría viendote guapo, incluso puede que más que antes. Y esque no tengo cojones ni a saludarte, por el simple miedo de que si me respondes mis piernas empiecen a temblar y me caiga. Que ya sabes de sobra que lo perfecto no va conmigo, y alomejor si fueses perfecto no te querría tanto, digo que me he enamorado de cada uno de tus defectos. Que tu olor se a quedado marcado en mi cuello, quizás por eso te siento tan cerca. Alomejor es que tengo tu mirada clavada, tan dentro, que tengo miedo de que nunca la olvide. Que todavía siento el roce de tu mano en mi cara, y te juro que nunca me he sentido mejor. Que sabes de sobra que es inmensamente fácil hacerme feliz, lo cierto es, que con una sonrisa me basta. Que mando a tomar por culo el tiempo, si total, lo gasto todo en ti. Que te echo de menos en cuanto cruzas esa esquina. Y esque odio tanto las despedidas. Que me muero por verte tapado con las sabanas, sin peinar, seria realmente increíble. Que cada momento contigo, hasta el mas mínimo, es jodidamente bonito.
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