Aunque ya no puedas leerme, aunque me echaste de tu vida, aunque has empezado a construir tu vida al lado de otra persona... A pesar del daño, del rencor, a pesar de todo lo malo que ha quedado entre nosotros, a pesar del abismo que hay ahora entre tú y yo. A pesar de la falta de sinceridad que alguna vez nos faltó, a pesar de él y de ella, a pesar del tiempo que empuja nuestro nuevo camino, a pesar de que el sol cada mañana parezca relucir más que nunca...
A pesar de tanto y tan poco no dejo de recordarte, vienen recuerdos, sueños que tenia por cumplir junto a ti, esperanzas de algo que nunca existió. Arrojaste todo lo que tenía en mis manos y y ahora cuando las miro noto que me falta algo, quiero hacerme creer que estás lejos de mi corazón pero no puedo engañarme, te añoro.
Añoro esos abrazos, tus besos, nuestros enfados, nuestras fotos, nuestras noches. Echo de menos buscarte para ver si estás, para hablarte aún sin querer, te busco sin acordarme de que no puedo verte, ni hablarte, ni saber nada de ti. Desapareciste de mi vida, como un fantasma, como si nunca hubieras existido para mi...
Tan rápido como una estrella fugaz. Te fuiste tan y como viniste.
Y así van pasando los días, intentando querer como te quiero a ti a alguien que ha sabido darme lo que hubiera deseado que me dieras tú, pequeños detalles que me ganan el corazón. Cada noche me duermo pensando que sí, que lo llegaré a amar con la misma intensidad con la que un día te llegué a amar a ti, me hago creer que daré todo por un segundo a su lado... Intento, pero el corazón no lo dicta, me pide que te eche de mi corazón para que otro lo pueda ocupar, me lo pide a gritos, y yo... YO NO QUIERO OIRLO...
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