8 de enero de 2012

Ódiame por ser tan estúpida, porque pensé que sólo éramos tú y yo...#

Nunca digas nunca, pero tampoco digas siempre. Sólo dime que me quieres como nunca y para siempre. Que el sueño que yo tenga siga siempre teniéndolo. Hazme sentir esa princesa que tanto soñaba.
Llega a tiempo una de esas caricias que demuestran que una no está sola, tranquilizan el espíritu y animan. Ven, recuéstate y olvídate de todo. Pero de repente, llegas de un momento a otro al pasado.
Ese pasado que no te deja respirar ni un segundo porque necesitas que vuelva a pasarte pero no es así, y te decepcionas.
No me importaría estar así, tan enamorada de ti toda mi vida, perdida entre tus brazos...
Pero en ese preciso instante, cuando todo a tu alrededor se ralentiza; las manecillas del reloj enmudecen, los coches veloces frenan, y tú y yo ahí, aprovechando cada segundo. Besos y más besos, una mano traviesa, una boca entreabierta que pide más...
Son tus labios los que me incitan a perder la cordura.

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